lunes, 21 de diciembre de 2015

HUACHO SALUDABLE

Plaza principal de la ciudad de Huacho

Con el propósito de poner al alcance de "La Capital de la Hospitalidad" y su gente productos agropecuarios y ganaderos netamente orgánicos y artesanales surge "Huacho Saludable". 
La modalidad inicial de promoción y venta es la de distribución por delivery. 
Mas que una transacción comercial "Huacho Saludable" se propone fomentar y establecer un vinculo cultural. Es así que ofrecemos el mas ancestral maíz orgánico de la Región: "El grano de oro", producido por la comunidad campesina de Utcas. De igual modo, derivados lácteos de optima calidad: los primeros quesos pasteurizados y etiquetados del norte de Lima Provincias. Manjarblanco "La Cajatambina" (cotizado como uno de los mejores manjares en la diferentes versiones de Mistura). También deliciosa miel de abeja con aroma y sabor de fragantes eucaliptos. Asimismo, panes integrales y tradicionales preparados en hornos de leña. De igual forma (aunque la fama se le adjudique a Sayan) "Huacho Saludable", ofrece por Navidad y Año Nuevo el alfajor tipo miloja que de lejos, por su sabor y presentacion, prestigia a la Region.
Por esa razon, "Huacho Saludable" tiene previsto previsto ademas distribuir las papas nativas de la comunidad campesina de Cochas-Paca. Ocurre que la comunidad de Cochas-Paca rotura sus campos con calzas (las chaquitakllas de incario) y cultuva de manera absolutamente orgánica y ecológica las mejores papas de la Región Lima.
"Huacho Saludable", de igual modo ofrecerá verduras orgánicas cultivadas en sus viveros localizadas en el área andina de la cuenca Supe-Ambar. Dado el rotundo y creciente interés de sus primeros clientes (entre los que se cuentan autoridades del gobierno provincial, integrantes de instituciones de servicios de salud y empresarios de la ciudad) "Huacho Saludable" se enorgullece de contar con su confianza y amistad. 
Y puesto que alimentarse es también crear cultura, consumir lo mas natural y ancestral que su gente del campo produce es lo que -con certeza- la población de la primera ciudad de la Región merece y "Huacho Saludable" ofrece. Finalmente, para quienes se sientan destinatarios de esta propuesta y persuadidos de pasar del dicho virtual al hecho real de probar las delicias y sabores que "Huacho Saludable" ofrece son estos los números que lo harán posible: 6766704 / 989593766 !Felices Fiestas¡


Alfajor
Alfajores-miloja
Manjarblanco

Mistura 2014
Maíz orgánico (Utcas)  
Papa nativa orgánica (Cochas-Paca)
Puebo de Utcas
Fundo Lascamayo (Ambar)
Fundo Columnapampa (Cajatambo)
Ciudad de Cajatambo

Vehículo de colección y provisión de HS 

lunes, 2 de noviembre de 2015

ADÁN, EL CHALÁN


Adán Quinteros Robles enrumbó un día de la década de los setenta del siglo pasado al distrito de Ambar por trabajo y se quedó por amor. Pero también por amor a la ganadería y en particular a los caballos.
Casado con Carmen Solórzano Sifuentes, devino Adán en padre de cinco hermosas hijas y un solo hijo varón. Ambar era entonces un pueblo dedicado, además de la cría de ganados vacunos y ovinos, al cultivo de zapallos y maíz morado.
Con la introducción del cultivo de duraznos, a partir de la década siguiente a su arribo, las parcelas de uso agrícola y ganadero  pasaron a convertirse en plantaciones  frutales permanentes, entonces Ambar comenzó a dejar de ser el pueblo que había sido por siglos.
Pronto el cambio sentó su impacto: las motos y las camionetas reemplazaron a los caballos, los cables a motor a los burros cargueros. Entonces muy a su pesar, Adán, cajatambino de pura sepa; Adán, el garboso chalan,  tuvo que resignarse también a hacerse frutero.
Puesto que, a diferencia de Adán, llegué  a Ambar en la infancia, conocí  a Carmen desde que era soltera. Por eso, desde que mi madre me dijo que se había casado con un paisano de Cajatambo, nada me motivo mas aprecio. 
De igual forma, ambos me acogieron y trataron con afecto. Luego, conforme crecían,  también sus hijas y su hijo. Incluso durante las fiestas patronales un día Carmen, señalando a su prole, me supo decir con gracia y halago: "Mira allí están tus hinchas". En sus palabras sentí que al mismo tiempo que con Adán ella se había casado con Cajatambo. Con lo que somos los cajatambinos por nuestra manera de ser y hacer. Y hasta de bailar.
Todo eso fue Adán para Ambar: un señor de Cajatambo. "Saluden siempre a las personas, y si no, aunque sea les pagaré para que lo hagan les decía a mis hijos",  le oí decir con humor y gratitud alguna vez.  En un país -como acostumbraba decir el poeta Antonio Cisneros- en donde abundan los doctores y escasean los señores, Adán fue, literalmente, el último caballero en el fragante reino de los melocotones y las chirimoyas. Adán, el chalán.
Al respecto, resulta ilustrativo que mas que un caso personal por mas que aumenten los melocotones y las chirimoyas, y sus rotundos réditos,  chalanes como lo fuera Adán, sencillamente, por las calles de Ambar ya no habrán ni volverán. Pues mas allá del balance de las cosechas, la verdadera estirpe de un pueblo, no termina sino comienza en el estado de sus cuentas.
 





PAULINO FUENTES CASTRO


Rumbo al por venir. Amorosos aromas idos que nunca se irán.

Aunque nací en Cajatambo, siempre lamenté no haber sido alumno del "Paulino Fuentes Castro"  (el primer y mas antiguo colegio de la provincia provincia mas antigua de la región Lima). No exagero: al leer la crónica que motiva esta breve presentación  descubro que mi pesar se acrecienta, pero de igual modo no menos  mi gratitud. Pues no solo lo vivido sino también lo anhelado nos pertenece.
Soy amigo del autor del texto y de su principal protagonista; por tanto, persuadido por aquel generoso y consolador aserto que asegura que un amigo es uno mismo en otro cuerpo, celebro su existencia, hago mio su contenido y comparto -con no menor, repito, jubilo que pesar- su historia. 

La crónica:
http://hechoenmipueblo.blogspot.pe/2015/10/los-viernes-culturales.html

El protagonista:





miércoles, 21 de octubre de 2015

CELEBRACIÓN EN LA TIERRA DEL SOL

Doña Clorinda acompañada por sus hijas e hijos

El sábado 17.10.2015 después de pasar horas enclaustrado navegando por la red virtual para hacer menos malo, o cuando menos, decoroso mi programa de radio en homenaje al autor de "El Cóndor Pasa" -la melodía mas universal de la música  peruana- recalo en la solariega morada que habita mi primo y tocayo César  Cuellar, musico y profesor del centro de arte y cultura de la universidad de Huacho (UNJFSC).  
"Hoy es la fiesta de Willy Galarza. Es el santo de su mamá", me cuenta y comenta quien es considerado la primera guitarra de Huacho. Al escucharlo, sin dudar ni un instante decido ir con los músicos. No por nada Willy, casado con una de mis mas guapas primas, es parte de mi familia. Tengo certeza de procurarle una grata sorpresa.
Junto con otro guitarrista y un cajonero, nos embarcamos en una reluciente minivan que raudo recorre la esplendida autopista que comunica Huaura con Sáyan entre campos llanos de hermoso verdor. Se trata de los tramos iniciales de la vía que un día unirá Huacho con las ciudades del estado fronterizo de Acre. Perú con Brasil.
No obstante la gratitud que me embarga al ver y recorrer asfaltos jamás construidos en el país, no puedo prescindir de aquel otro viaje, aquel que prescinde de formas concretas y tangibles para andar por las rutas de la memoria. Para escuchar el tropel de los caballos de aquel histórico  ultimo mes de 1820 en que el general San Martín, durante un par de días,  al mando del Ejercito Libertador  tramontó  la misma ruta.
Cuando el general San Martín cruzó  el puente (que es otro puente sobre el mismo río), el pueblo -lo cuenta James Paroissien, su médico y edecán-  se componía apenas de un par de estrechas callecitas. Casi doscientos años después Sayán tiene cuatro calles paralelas, transversales al curso del río Huaura.  Incluso existen barrios. 
Desembarcamos en la calle principal (que es la misma por la que pasó  el Libertador). A Willy, tal como lo pensé, le causa no menos gratitud recibir a los músicos que verme en la fiesta de homenaje a su madre. De igual modo, al ingresar al local, la sorpresa no es menor para Norma (esposa de Willy) y Ruth, mis primas.
"Mi madre salió de Cajatambo cuando tenia dieciséis años y vivió luego al casarse con mi padre en Churin hasta los cincuenta y cinco. Después se vino a Sayán  hace treinta y cinco  años",  me cuenta Willy emocionado. "A mi vieja la llevé  a Cajatambo después de cincuenta años. Al pasar Llocchi y ver su pueblo, pidió parar el carro para mirar y se puso a llorar".
Clorinda Quinteros Porlles, madre de siete hijos y abuela de numerosas nietas y nietos, aquel 17 de Octubre celebró sus noventa años de vida en Sayán, la tierra del sol.  Noventa años de amor a su familia y a su tierra, tal como lo demostró -para sorpresa y gratitud de los suyos- bailando y cantando hasta el amanecer. Y tan atenta estuvo que al despedirme tuvo la amable delicadeza de dedicarme el mayor halago de cuantos jamás  imaginé  merecer: "Me gusta tu baile. Bailas como cajatambino". 

Imágenes:
https://www.facebook.com/janellyka/media_set?set=a.10153253857663831.1073741839.629248830&type=3&pnref=story

Anexo documental:
http://larutadellibertador.blogspot.pe/2010/07/la-expedicion-libertadora-en-huaura.html



martes, 13 de octubre de 2015

FIESTAS PATRONALES EN CAJATAMBO

Carlos Quinteros Garcia, Capitan de la Tarde en Cajatambo 

Es verdad, la fiesta es del pueblo y para el pueblo, pero el espectáculo, para serlo, debe ser de sus protagonistas y organizadores. Aquí el recuento de la Capitania de la Tarde Taurina de Carlos Quinteros García, producido y emitido por Panamericana Televisión.


INSTANTES ETERNOS

 
Judith Espinoza Portuondo es creadora del portal www.cajatambo.com pero, por igual , es también mas que eso: madre, administradora, fotógrafa y amazona.
Pero ante todo se trata de alguien, que antes que cualquier institución, de manera no menos discreta como categórica, puso ante los ojos y oídos del mundo a Cajatambo, la tierra de su progenitor. Pero además, generosidad aparte, se trata de alguien cuya sensibilidad y cualidad para atesorar el legado raigal heredado de su padre constituye de por si un verdadero homenaje para Cajatambo.
Ese homenaje que en este escueto recuento se expresa en imágenes. En formas luminosas y palpitantes que perpetuán el eterno instante de la magia de vivir que nadie como Judith ha sabido alcanzar y perpetuar.



Judith Espinoza Portuondo


miércoles, 7 de octubre de 2015

CULTIVOS FRUTÍCOLAS EN AMBAR


A la izquierda del río, de acentuado tono verde y forma de punta de lanza, la parcela histórica Rarcapa

En el distrito de Ambar, a 70 km de Huacho (capital de la región Lima) sobre los dos mil metros de altura (entre las regiones Yunga y Quechua) de la cuenca del río Supe-Ambar crecen y se cultivan a la fecha (2015) mas de trescientas mil plantas de durazno rojo y crema. En menos de treinta años, de ser un pueblo dedicado, además de la ganadería, al cultivo de maíz morado o zapallo macre, Ambar pasó a ser un distrito eminentemente fruticultor. De tal manera, que el factor determinante y dinamizador de su economía depende de dos cultivos permanentes: el durazno y  la chirimoya.
La historia comenzó en 1987 con la compra de dos mil plantones de duraznos que adquirieron Pablo Urbano López (para su fundo en Cochaca), Felipe Alor (para su parcela en Aguay), Mauro Lázaro (para su parcela en Huacán ) y Emilio Barba (para plantarlos en Rarcapa, la parcela de su suegro localizada a inmediaciones del pueblo). Fue Walter Meza, técnico agropecuario natural del pueblo de Lancha y yerno ambarino, quien vendió las plantas; pero especialmente fue quien se encargó de lograr su arraigo y capacitar su manejo. Fruto de cultivo ignoto (salvo el de tipo blanquillo que producía la familia García) en Ambar hasta mediados de los años ochenta del siglo XX de duraznos nadie conocía. 
Con todo, resultó  tan rotundo el impacto de la introducción del durazno en Ambar que cuando llegó el esperado momento de la cosecha, en virtud a la demanda y a la calidad del producto, Emilio llego a vender el kilo cosechado a un promedio de 12 soles. De modo que un rustico cajoncito de madera de 10 kilos alcanzó valer 120 soles. Algo verdaderamente inaudito para quienes (cuando el pasaje Huacho-Ambar costaba cuatro soles) cifraban sus mayores esperanzas, hasta entonces, en el cultivo de maíces negros y zapallos ocres; y por otra parte, en la venta de reses y quesos.
A una distancia de tres metros por tres, una hectárea abarca un promedio de mil cien plantones de duraznos. El cultivo, entre la poda y la estimulación de la floración que asegura la siguiente campaña, dura seis meses. La cosecha demora por productor un mes. De modo que la demanda de mano de obra ha creado pleno empleo, y hasta, en ocasiones, déficit.
Durante la cosecha, no menos importante que pañar a tiempo la fruta lo es seleccionar y clasificar su calidad. Ojos calibradores y manos expertas (que es también posible relevar con aparatos regulables) logran extraer, solo con separarlas,  quince clases de duraznos provenientes de una misma parcela. Los que a su vez se subdividen en tres bloques: I) especial, extra y superextra; II) primera, segunda, tercera, cuarta, quinta, sexta; y III) 0, 00, 000, 0000, deforme y maduro. La diferencia de costo, de mas a menos, entre una y otra, es de cinco soles. "Pero los de mas altura, igual que el ganado -precisa con humor Emilio- demoran ocho meses en crecer y son medio peludos".
Las variedades predominantes en Ambar, reitero, son dos: duraznos crema y rojo. El manejo del cultivo se realiza exclusivamente en periodo de estío. "Nada de lluvia, al melocotón no le gusta bañarse", dice sonriendo Keroshene (amigo de épocas escolares devenido en productor) mientras adhiere stickers a las cajas que habrán de contener su cosecha.  Por su resistencia, dimensión y sabor los duraznos ambarinos han impuesto su calidad hasta fuera de las fronteras. Tan es así que su comercialización llega a mercados, antes impensados, de Brasil, Bolivia y  Ecuador. Y precisamente dada la preferente demanda, entre los meses de junio a setiembre, durante la época de cosecha, un promedio de diez camiones de doce toneladas por semana, recorren los 70 km que separan Huacho de Ambar; es decir "La Capital de la Hospitalidad" de "La sucursal del Cielo".
Por la cercanía con el pueblo y por que lo vieron cosechar y despachar camiones enteros a precios exorbitantes Emilio Barba, con toda justicia, es considerado el pionero del cultivo de duraznos en Ambar. Sin embargo, Emilio, nunca deja de ponderar aquel merito para Walter Meza, el hombre que no solo se enamoró  de una mujer ambarina sino, literalmente, de la tierra ambarina. No por nada Emilio aclara y pondera: " A él, a Walter, se deben todos los duraznos de Ambar y las chirimoyas de Huacán".
Otro rasgo notorio y visible, a la par de la arquitectura del pueblo, de utilidad practica no menos que turística, es la existencia de mas de media docena de teleféricos fruteros, instalados entre los 2000 a 2500 metros, que transportan a diario productos y personas de un extremo a otro del valle.

Eco-aventura:
http://evocacionesysemblanzas.blogspot.pe/…/los-telefericos…

Historia:
http://evocacionesysemblanzas.blogspot.pe/2011/08/homenaje-ambar.html

ñ

viernes, 25 de septiembre de 2015

HISTORIA Y ORIGEN DEL PARI


 

I

El Pari, la comida más representativa, apreciada y habitual de la provincia de Cajatambo,  concentra  cinco clases de carnes que se sirven no en platos sino en mates. Mates que además de carnes inmersas en un caldo suculento, papaseca y aderezos, portan una piedra candente.
Al respecto, resultan de lo más pertinentes y esclarecedoras las declaraciones formuladas por el arqueólogo peruano Elmo León Canales para un número especial de la revista Agronoticias, con motivo de la publicación de su  libro “14,000 años de alimentación en el Perú”.
 

“La cocina surgió hace unos 500,000 años y fue un gran salto tecnológico y social. Tal vez el Homo erectus en China estaba comiendo bayas y se le cayó una al fuego, de donde la rescató para comerla y así descubrió que tenía mejor sabor. Así se habría producido el gran salto a la cocina.
En el Perú se aplicaron tres o cuatro formas de preparación de alimentos: la cocción en horno abierto, la cocción bajo tierra con piedras calientes  o pachamanca, y luego el hervido en agua, al que en algún momento se le agregaría la sal  y después los condimentos que aportarían nutrientes y sabor como el ají, o viceversa. La cerámica aparecería a continuación.
El mate o calabaza que –cortada por la mitad- usaban como plato no se podía poner al fuego. Entonces hicieron algo interesante: primero calentaban piedras al máximo, y luego las echaban dentro de la calabaza que contenía agua y los alimentos, para hervirlos con el calor de las piedras”. 



Por su parte, Kristin Kardel, nutricionista y profesora de la Universidad de Oslo (Noruega) http://www.med.uio.no/imb/english/people/aca/kreimers/, a su paso por Cajatambo -durante el periplo de la Expedición Caral-Kotosh 2015- dictaminó: "Se trata de una comida agradable y sabrosa. Saludable por contener carne deshidratada y muy nutritiva  por la combinación. Constituye para mi un descubrimiento inolvidable y excepcional". 

II
 
Ana Cecilia es nutricionista. En una oficina contigua a la cocina del hospital donde labora en Huacho me recibe con una amable sonrisa y a la vez me habla de su abuelo. "En tu libro vas a poner la historia del Pari ¿no?", me pregunta. "Claro, el Pari no puede faltar. Sin Pari no hay historia de Cajatambo", respondo.
Acaso para convencerme evoca los recuerdos de don Teobaldo Rosales, su abuelo materno,  narrados a sus perplejos nietos y nietas -entre los que se encontraba atenta la pequeña Ana- convertida en la mujer radiante que me dice: "Mi abuelo era arriero. Viajaba desde Huacho hasta Huánuco. Llevaba sal, de ida, y de vuelta, coca".
Del mismo modo que José Gabriel Condorcanqui el abuelo de Ana fue transportista. Para serlo cuando solo existían caminos, se valía de la resistencia de ágiles piaras de llamas, y la fuerza de recuas de burros, mulos y caballos. Durante semanas, que no pocas veces devenían meses, desaparecía de Cajatambo para remontar escarpados y lejanos senderos. Las nubes, las aves y el viento lo acompañaban. Su casa era entonces el camino, y en el camino dormía y comía. Pese a los pesares, no obstante, su peregrinar no difería en absoluto de los avatares  que ciernen los caminos en cualquier recodo del mundo donde hubieran caminos que recorrer.
Con todo, algo único distinguía los viajes del abuelo de Ana y de sus paisanos: la comida que les daba fuerza y sabor a sus travesías. Portando a lomo de mula trozos de cuyes a la brasa, talegas de charqui chancado, porciones graneadas de papaseca y abundante cancha tostada al calor de los fogones, en cualquier paraje donde lo alcanzara la hora del almuerzo Teobaldo detenía la marcha de las acémilas para reiterar el ritual alimenticio aprendido. Lo primero era acarrear un poco de leña para hervir agua. Y mientras el fuego ardía Teobaldo cogía un mate de su alforja y enseguida dentro vertía papaseca, cuye y charqui para mezclarlas con el agua recién hervida y enseguida sorber aquella mezcla cálida y suculenta, que portaba además en su sabor la sazón aromosa y amorosa de Felicita, su mujer."Pero por la altura, precisa Ana, como la comida enfría rápido mi abuelo cogía las piedras que ponía en el fuego y las echaba dentro del mate". 
Ciertamente, el abuelo de Ana no inventó el Pari, la comida emblemática de Cajatambo. Tan emblemática que es impropio incluso de llamar plato representativo por que ni siquiera requiere de aquel utensilio, pues sencillamente se sirve en la vajilla más remota de la historia de nuestra gastronomía: en mate. En un mate cortado, lijado y pintado. No  existe para las cajatambinas y cajatambinos conmemoración festiva, patronal o familiar, en donde se reúnan para celebrar que no se celebre con un mate de Pari. Pero es durante las fiestas patronales en tributo de Santa María Magadalena (del 24 al 2 de agosto) cuando el Pari cautiva, impera y predomina. Si es verdad que la nostalgia empieza por el estomago en ningún pueblo resulta más evidente que en Cajatambo. Aquel Pari conmemorativo, a diferencia del que servía al abuelo de Ana para mitigar su hambre
de andar, se compone de papaseca graneada, presas de cuye dorado a la brasa, una presa de gallina, un puñado de carne cocida de res en tiras y otro de oveja y otro de charqui de llama (todos deshilachados) que es mezclada con un cucharón de caldo coloreada por una cucharada de aderezo de ají amarillo y cebolla china. Entonces cuando las carnes y el caldo se juntan; maciza, contundente y candente ingresa el ingrediente final: una collotita al rojo vivo.
Cada año una cuadrilla de mujeres del pueblo ofician el rito ancestral de preparar mas de un millar de mates de Pari. Son las mujeres contratadas por el Capitán de la Tarde Taurina -oferente principal de la fiesta patronal- que inician su labor rindiendo tributo a los Apus chakchando con fervor y devoción. Chakchando hasta que el dulzor de las hojas de coca les avisa que es hora de comenzar a pender el fogón. No cabe duda que el abuelo de Ana Cecilia no inventó el Pari pero no menos cierto es decir que, mejor que ninguna, su historia contiene  y reproduce su historia. La historia del mate y la piedra. Del mate y la piedra que alimenta la historia de un pueblo.